(Por Marco Llano)

(Foto de Allan Navarro)

Antes de iniciar nuestra habitual crónica, quisieramos mencionar que no hubo brigas ni peñiscaderas como se pensaba desde antes del dia del partido, gracias a la eficiente labor de las fuerzas de seguridad, no hubo choques entre las dos monadas. O’Higgins y Curicó por la décima fecha del campeonato de primera divisíón, se enfrentaban en el mundialista de El Teniente, en horario solo para “herejes”, o sea, al mediodia del domingo, con 5625 personas en las tribunas celestes como el cielo radiante, no tanto el equipo local.

Los de Milito venian de 2 derrotas consecutivas, y necesitaban reecontrarse con los abrazos ante su publico, a costa de los franjeados que aun venian dolidos por la espantosa derrota anterior con Antofagasta. Marcoleta golpeó el piso e hizo 6 cambios, destacando el ingreso de Pezoa, Cisternas y Franco. El Arbitraje ya parece un conocido meme, no se espera nada de el y aun asi decepciona, en este caso, Cesar Deischler, cuyos papeles manchados se arrastran desde el año pasado, cuando manoseó a Colo Colo en Temuco.

El primer tiempo tuvo a los celestes con la iniciativa, siendo la control y presión su principal virtud, lo que podria haber tenido premio a los 18, cuando una mano de Cisternas en el limite del area fue interpretado como penal, sin embargo Ramón Fernández le pegó con demasiada suavidad la pelota, haciendo que Deschamps tapara el penal mas facil de su vida.

De ahí, el cambio anímico, ya que Curicó logro controlar a su rival, neutralizando al mediocampo, sobretodo al inexperto Matías Vera que jugaba de 5 en los celestes, lo que hacía a los celestes muy debiles en profundidad y colectividad, los forofos locales no dudaron que algo faltaba en el andamiaje ofensivo celeste: Pablo Calandria.

En la segunda mitad las suplicas rancaguinas fueron escuchadas, Calandria al campo y los celestes con todo en busca del gol, pero apareció un desorden no menor de mitad hacia atras en el Capo, y Curicó sabia que la chance de sorprender habia llegado. Con el experimentado Cereceda cargado como wing izquierdo, el corredor de Pezoa quedaba despejado, y el pichingalino, gran figura del partido, desnudó las notorias falencias defensivas sobre todo por izquierda de su rival, llegando al objetivo al 59, gracias a un craso error del arquero mundialista Miguel Pinto, la pelota le quedo servida a Gauna: 0-1

O´Higgins sintió el golpe y reforzaba aun mas el ataque, aunque muy expuesto al contragolpe ante su aturdida linea defensiva, y faltando 10 para el término, llegó el infaltable, obligatorio, y habitual momento oscuro del arbitraje, y es que el calvo Deischler (a instancias del lineman) inventa un penal para los locales (supuesta falta sin balón contra Calandria) y es el propio idolo local quien corrigió el error de Fernandez: 1-1

Pero mas emociones (y errores) estaban por venir, otro contraataque letal del bien plantado Curicó daba fruto ante la evidente pasividad defensiva de su rival, termina con la segunda diana convertida a los 85 por el “Lobo” Mauro Quiroga: 1-2

Cuando todo parecia que Curicó lograba una epica y merecida victoria, (a pesar de que fue futbolisticamente discreto, de rescata lo ordenado y tranquilo que jugó, algo que no hizo en presentaciones anteriores) una falta absolutamente evitable del Tato Silva cerca de la empanada de area al segundo minuto de descuento derivó en la ultima chance celeste de evitar una derrota que los llevaba a la Miseria misma. Y Ramón Fernández, el mismo que marró de forma insólita un penal, se tomó revancha, con un impecable tiro libre, decretaba definitivamente las tablas en el marcador: 2-2

Para el neutral fue un partido interesante y emocionante, pero para los 500 curicanos y los 5000 rancaguinos en las tribunas, se desbordaba amargura y rabia, el local por jugar tan mal y regalar puntos ante un rival discreto, la visita porque otra vez perdian puntos por un penal que no fue.

Se vienen dias turbulentos para Curicó, entre el ambiente tenso en la interna, y la visita de Colo Colo el proximo sábado.

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