Por Marco Llano M.

Lo dije hace un mes, a Curicó le tocó la varita de “La Suerte del Subcampeón”, obteniendo puntos con oficio, algo que se nos negó durante temporadas anteriores. Y este domingo, era la prueba de fuego para ratificar la tendencia.

Tener a uno de los mejores arqueros de la liga, y una linea de 4 de alta eficiencia, le da al albirrojo una seguridad atrás para afrontar el partido contra el inminente campeón, la Personalidad, que tantas veces le ha sido esquiva, hoy ha sido la principal virtud de Damian Muñoz para llevar adelante una campaña histórica.

Como ha sido lo lógico, fue el albo quien dominó las acciones aunque se le vió muy tenso y presionado por su hinchada, ante un Curicó tosco atras (lo que esta bien) y adelante también (lo que esta mal). Lo tembloroso de Oyarzo y Fritz, quienes sufrieron el panico escenico, hicieron ver Náufrago a Coelho, lo que parecía presagiar que se repitiria la tendencia de que se pierde cuando entra de titular.

Un equipo con personalidad es quien no tarda en no hacer berrinche cuando un arbitraje te ofende, y Curicó venía preparado para un pésimo arbitraje de Bascuñán, que no expulsó a Opazo por una grosera entrada a Ronald, y luego el dudoso penal que cobra y que Costa cambia por gol. En condiciones normales Curicó se olvida de jugar el partido y se dedica a tirar patadas, que le expulsen dos jugadores, que manden comunicados pendejos y que los jugadores publiquen cosas de más en Instagram, pero hoy Curicó dió una clase de madurez contra ciertas adversidades.

Porque despues de la apertura de la cuenta, Coelho se cansó de esperar y se las arregló solito, con una patriada que pillo paveando a los defensas colocolinos y definiendo con soberbia, un empate que ratificaba lo que se daba, lo que un equipo sin nombres pero con hombres, sin dinero pero con ideas, y sobretodo, Raja.

El segundo tiempo se esperaba a un Curicó aplicando lo que tantos réditos le dió en los últimos 14 años, arroparse y esperar el zapallazo, porque el nervioso Colo Colo se empezaba tempranamente a desesperarse, sin embargo empezaba un asunto que empeoraba la situación, y es que Bascuñan empezaba a aplicar la nunca bien ponderada “Ley de Compensaciones”, perdonando ahora a las infracciones albirrojas (como la de Coelho contra Cortes), que mas de alguna mereció roja, lo que destruyó aun mas la moral del equipo blanco, jugadores como Gil o Bolados empezaron a errar pases y nublarse entre su soledad, el único que jugaba a algo era el joven Pizarro, que hilvanaba las situaciones de riesgo junto con el recien entrado Rojas, no muchas, pero punzantes, pero infalibles para un Fabian Cerda gigante.

Al final, el que jugó como equipo chiquito era Colo Colo, que se perdió entre su propia rabia, no supo aprovechar lo ahogado de su rival, que poco y nada hacía en campo contrario, el mal cambio de Quinteros de poner a Oroz por Pizarro sentenció el marcador, Colo Colo careció de personalidad, se dedicó a llorar por el horrible arbitraje, y se fue con la frustración al mil.

Premio mas que merecido a un Curicó que se paró con el manual de como cuidar un resultado, como sobreponerse a un mediocre referato, y como domar a un monstruo. Eso es personalidad, oficio, la que siempre tuvo Colo Colo durante todo el año, pero esta vez, una vez, se le negó.

MEDALLANO

ORO: Fabián Cerda
PLATA: Vicente Pizarro
BRONCE: Diego Coelho
LATA: Bayron Oyarzo
CARTÓN: Leonardo Gil
PLOMO: Julio Bascuñan

ESTADIO: Monumental David Arellano
ASISTENCIA: cerca de 40 mil espectadores, sin visitantes
GOLES: 40′ Gabriel Costa (CC) de penal; 42′ Diego Coelho (CUR)
ARBITRO: Julio Bascuñan (1)
AMARILLAS: Opazo, Lucero (CC); De la Fuente, Bechtholdt, Sandoval, Leiva, Cahais (CUR)
ROJA: 96′ Juan Martin Lucero (CC) por doble amarilla

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