Héctor Alfredo Almandoz, 56 años, nativo de Morón (misma ciudad de Cahais), es el elegido para enderezar definitivamente el rumbo a un Curicó luego de meses a los tumbos.

El “Cohio” viene de un olvidado paso por el futbol estadounidense, en donde dirigió al Lyon de Orlando. Antes de eso dirigió a Rangers, Cobreloa, Antofagasta y Copiapó. Fue con los Leones con quien consiguió sus mejores momentos, ascendiéndolos a Primera. Curicó sera una nueva oportunidad para el otrora defensor de Velez, con la idea de remendar el rumbo a la banda sangre que marcha en la parte baja de la B.

Almandoz trae consigo a sus ayudantes Hector Tapia y Carlos Coppola, además de los curicanos Julio Grandon y Luis Vasquez como preparadores. Listos para el debut este domingo a las 15:00 en Valparaíso ante el atribulado Santiago Wanderers.

En su presentación este lunes en Santa Cristina, Almandoz se declaró ilusionado en este nuevo proceso: “Es un desafío nuevamente en Chile, es un gran desafío y llego a un Curicó que ha crecido mucho en los últimos años, ha jugado copas internacionales, vivió una desgracia hace un año y sabemos la realidad y el poder de su hinchada. Si estoy acá es porque creo en el directorio, creo en el plantel y confío a muerte en el cuerpo técnico que tengo. Intentaremos hacer un gran trabajo, paso a paso, para dejar al Curi lo más arriba posible, sé dónde debemos llegar y esto debe ir de menor a mayor”

El Moronense dejó en claro que una de sus motivaciones es lo apasionada que es la gente curicana. “Yo tengo una frase que para mí es importante: ‘no dejar de creer’ y para eso hay que trabajar, tener sacrificio y humildad. Tenemos un gran plantel de nombres, de jerarquía, hay gente joven del club, tenemos un gran plantel y lo más importante es volver a ver La Granja llena, con esas banderas blancas y rojas que revienten esa tribuna, esas cosas me gustan, soy un apasionado del fútbol y por eso quiero ver a la gente feliz”

“El sello de mis equipos y de mi cuerpo técnico es formar equipos protagonistas, que vayan a buscar al rival, que intenten presionar alto, que jueguen bien al fútbol, que recuperen alto. Me gusta ver un equipo corto, que no juegue a más de 30 o 40 metros, que jugando incluso de visitante seamos protagonistas y es tarea del día a día, es un trabajo en conjunto, todos debemos ayudar a que el futbolista se sienta protagonista”

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